Questões de Espanhol - UFPR 2016 | Gabarito e resoluções

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Volando hacia la muerte Como ahora estamos todava estremecidos por el caso de Diego, el nio de 11 aos que se arroj por la ventana de una quinta planta, nos parece que el acoso escolar es una abominacin tan espantosa que todos nos vamos a unir contra ello y vamos a acabar con esta lacra. Nuestra indignacin es muy loable, pero a m lo que ms me indigna, precisamente, es que esta atrocidad inadmisible termina siendo digerida y a la postre admitida una y otra vez por las enormes tragaderas de nuestra cmplice y ablica sociedad. Cinco meses antes que Diego, y tambin en Madrid, Arancha, de 16 aos, con discapacidad intelectual y motora, se arroj por el hueco de una escalera de seis pisos tras sufrir palizas y chantajes por parte de un compaero, que adems cometa estas brutalidades delante de numerosos testigos que jams hicieron nada. Claro que tampoco hicimos mucho los dems, el Gobierno, las instituciones, los ciudadanos. Tambin se nos encogi nuestro delicado corazn en 2013, cuando Carla, una chica de 14 aos, se tir desde un acantilado en Gijn. Su nico delito era ser estrbica, y a causa de ello dos compaeras la maltrataron hasta llevarla a la muerte. Pero ya ven, al poco de aquella tragedia se nos fue el asunto de la cabeza. Ya nos haba acometido antes una desmemoria parecida: la primera vez que se habl de forma masiva del acoso escolar fue en 2004, cuando Jokin Ceberio, de 14 aos, se mat lanzndose desde la muralla de Hondarribia tras dos aos de sistemtica tortura. Entonces nos rasgamos las vestiduras y se nos llen la boca de buenos propsitos. Hasta que la gran ballena arponeada del acoso escolar se sumergi de nuevo bajo las aguas de nuestra indiferencia. Han pasado 12 aos desde la tragedia de Jokin y aqu seguimos, enterrando nios. Tras el suicidio de Diego contact conmigo Roco, una chica de 24 aos de un pueblo de Sevilla. Padece una deficiencia visual grave y ha sido atormentada desde los 8 aos hasta los 17. Y durante todo ese tiempo los profesores jams le ayudaron. No slo eso: a menudo agravaron el problema. Ahora, a los 24, Roco est terminando Psicologa: Aprend que el maltrato se origina sobre todo cuando un nio al que consideran discapacitado obtiene buenos resultados escolares, como yo. Hasta septiembre, que empez una terapia, sigui traumatizada por su pasado. No poda leer una noticia de acoso sin angustiarse y segua teniendo miedo a los nios. Quiero decir que este tormento deja profundas huellas. [] Necesitamos un plan nacional contra el acoso, incluso una ley. Necesitamos que este tema sea un asunto de Estado, hoy y para siempre. Ni un nio ms volando hacia la muerte. (MONTERO, Rosa. disponible en: www.elpais.com. Texto adaptado.) Para Rosa Montero, la principal causa de conmocin colectiva por la muerte de Diego se debe:

(UFPR - 2016- 1 FASE) Para el autor, leer El silencio de las sirenas fue:

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Volando hacia la muerte Como ahora estamos todava estremecidos por el caso de Diego, el nio de 11 aos que se arroj por la ventana de una quinta planta, nos parece que el acoso escolar es una abominacin tan espantosa que todos nos vamos a unir contra ello y vamos a acabar con esta lacra. Nuestra indignacin es muy loable, pero a m lo que ms me indigna, precisamente, es que esta atrocidad inadmisible termina siendo digerida y a la postre admitida una y otra vez por las enormes tragaderas de nuestra cmplice y ablica sociedad. Cinco meses antes que Diego, y tambin en Madrid, Arancha, de 16 aos, con discapacidad intelectual y motora, se arroj por el hueco de una escalera de seis pisos tras sufrir palizas y chantajes por parte de un compaero, que adems cometa estas brutalidades delante de numerosos testigos que jams hicieron nada. Claro que tampoco hicimos mucho los dems, el Gobierno, las instituciones, los ciudadanos. Tambin se nos encogi nuestro delicado corazn en 2013, cuando Carla, una chica de 14 aos, se tir desde un acantilado en Gijn. Su nico delito era ser estrbica, y a causa de ello dos compaeras la maltrataron hasta llevarla a la muerte. Pero ya ven, al poco de aquella tragedia se nos fue el asunto de la cabeza. Ya nos haba acometido antes una desmemoria parecida: la primera vez que se habl de forma masiva del acoso escolar fue en 2004, cuando Jokin Ceberio, de 14 aos, se mat lanzndose desde la muralla de Hondarribia tras dos aos de sistemtica tortura. Entonces nos rasgamos las vestiduras y se nos llen la boca de buenos propsitos. Hasta que la gran ballena arponeada del acoso escolar se sumergi de nuevo bajo las aguas de nuestra indiferencia. Han pasado 12 aos desde la tragedia de Jokin y aqu seguimos, enterrando nios. Tras el suicidio de Diego contact conmigo Roco, una chica de 24 aos de un pueblo de Sevilla. Padece una deficiencia visual grave y ha sido atormentada desde los 8 aos hasta los 17. Y durante todo ese tiempo los profesores jams le ayudaron. No slo eso: a menudo agravaron el problema. Ahora, a los 24, Roco est terminando Psicologa: Aprend que el maltrato se origina sobre todo cuando un nio al que consideran discapacitado obtiene buenos resultados escolares, como yo. Hasta septiembre, que empez una terapia, sigui traumatizada por su pasado. No poda leer una noticia de acoso sin angustiarse y segua teniendo miedo a los nios. Quiero decir que este tormento deja profundas huellas. [] Necesitamos un plan nacional contra el acoso, incluso una ley. Necesitamos que este tema sea un asunto de Estado, hoy y para siempre. Ni un nio ms volando hacia la muerte. (MONTERO, Rosa. disponible en: www.elpais.com. Texto adaptado.) El caso de acoso de Arancha tuvo como agravante el hecho de:

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Volando hacia la muerte Como ahora estamos todava estremecidos por el caso de Diego, el nio de 11 aos que se arroj por la ventana de una quinta planta, nos parece que el acoso escolar es una abominacin tan espantosa que todos nos vamos a unir contra ello y vamos a acabar con esta lacra. Nuestra indignacin es muy loable, pero a m lo que ms me indigna, precisamente, es que esta atrocidad inadmisible termina siendo digerida y a la postre admitida una y otra vez por las enormes tragaderas de nuestra cmplice y ablica sociedad. Cinco meses antes que Diego, y tambin en Madrid, Arancha, de 16 aos, con discapacidad intelectual y motora, se arroj por el hueco de una escalera de seis pisos tras sufrir palizas y chantajes por parte de un compaero, que adems cometa estas brutalidades delante de numerosos testigos que jams hicieron nada. Claro que tampoco hicimos mucho los dems, el Gobierno, las instituciones, los ciudadanos. Tambin se nos encogi nuestro delicado corazn en 2013, cuando Carla, una chica de 14 aos, se tir desde un acantilado en Gijn. Su nico delito era ser estrbica, y a causa de ello dos compaeras la maltrataron hasta llevarla a la muerte. Pero ya ven, al poco de aquella tragedia se nos fue el asunto de la cabeza. Ya nos haba acometido antes una desmemoria parecida: la primera vez que se habl de forma masiva del acoso escolar fue en 2004, cuando Jokin Ceberio, de 14 aos, se mat lanzndose desde la muralla de Hondarribia tras dos aos de sistemtica tortura. Entonces nos rasgamos las vestiduras y se nos llen la boca de buenos propsitos. Hasta que la gran ballena arponeada del acoso escolar se sumergi de nuevo bajo las aguas de nuestra indiferencia. Han pasado 12 aos desde la tragedia de Jokin y aqu seguimos, enterrando nios. Tras el suicidio de Diego contact conmigo Roco, una chica de 24 aos de un pueblo de Sevilla. Padece una deficiencia visual grave y ha sido atormentada desde los 8 aos hasta los 17. Y durante todo ese tiempo los profesores jams le ayudaron. No slo eso: a menudo agravaron el problema. Ahora, a los 24, Roco est terminando Psicologa: Aprend que el maltrato se origina sobre todo cuando un nio al que consideran discapacitado obtiene buenos resultados escolares, como yo. Hasta septiembre, que empez una terapia, sigui traumatizada por su pasado. No poda leer una noticia de acoso sin angustiarse y segua teniendo miedo a los nios. Quiero decir que este tormento deja profundas huellas. [] Necesitamos un plan nacional contra el acoso, incluso una ley. Necesitamos que este tema sea un asunto de Estado, hoy y para siempre. Ni un nio ms volando hacia la muerte. (MONTERO, Rosa. disponible en: www.elpais.com. Texto adaptado.) Se utiliza la metfora de la ballena arponeada con el propsito de sugerir que:

(UFPR - 2016- 1 FASE) Sobre las sirenas presentes en la literatura, identifica como verdaderas (V) o falsas (F) las siguientes afirmativas: ( ) Comparten el lugar con otros seres fantsticos en la literatura de la actualidad. ( ) Tienen como caracterstica una seduccin mal intencionada. ( ) Son reales, al contrario que vampiros, zombies y fantasmas. ( ) Sus poderes son incomparables a los dems seres sobrenaturales. Seala la alternativa que presenta la secuencia correcta, de arriba hacia abajo.

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Volando hacia la muerte Como ahora estamos todava estremecidos por el caso de Diego, el nio de 11 aos que se arroj por la ventana de una quinta planta, nos parece que el acoso escolar es una abominacin tan espantosa que todos nos vamos a unir contra ello y vamos a acabar con esta lacra. Nuestra indignacin es muy loable, pero a m lo que ms me indigna, precisamente, es que esta atrocidad inadmisible termina siendo digerida y a la postre admitida una y otra vez por las enormes tragaderas de nuestra cmplice y ablica sociedad. Cinco meses antes que Diego, y tambin en Madrid, Arancha, de 16 aos, con discapacidad intelectual y motora, se arroj por el hueco de una escalera de seis pisos tras sufrir palizas y chantajes por parte de un compaero, que adems cometa estas brutalidades delante de numerosos testigos que jams hicieron nada. Claro que tampoco hicimos mucho los dems, el Gobierno, las instituciones, los ciudadanos. Tambin se nos encogi nuestro delicado corazn en 2013, cuando Carla, una chica de 14 aos, se tir desde un acantilado en Gijn. Su nico delito era ser estrbica, y a causa de ello dos compaeras la maltrataron hasta llevarla a la muerte. Pero ya ven, al poco de aquella tragedia se nos fue el asunto de la cabeza. Ya nos haba acometido antes una desmemoria parecida: la primera vez que se habl de forma masiva del acoso escolar fue en 2004, cuando Jokin Ceberio, de 14 aos, se mat lanzndose desde la muralla de Hondarribia tras dos aos de sistemtica tortura. Entonces nos rasgamos las vestiduras y se nos llen la boca de buenos propsitos. Hasta que la gran ballena arponeada del acoso escolar se sumergi de nuevo bajo las aguas de nuestra indiferencia. Han pasado 12 aos desde la tragedia de Jokin y aqu seguimos, enterrando nios. Tras el suicidio de Diego contact conmigo Roco, una chica de 24 aos de un pueblo de Sevilla. Padece una deficiencia visual grave y ha sido atormentada desde los 8 aos hasta los 17. Y durante todo ese tiempo los profesores jams le ayudaron. No slo eso: a menudo agravaron el problema. Ahora, a los 24, Roco est terminando Psicologa: Aprend que el maltrato se origina sobre todo cuando un nio al que consideran discapacitado obtiene buenos resultados escolares, como yo. Hasta septiembre, que empez una terapia, sigui traumatizada por su pasado. No poda leer una noticia de acoso sin angustiarse y segua teniendo miedo a los nios. Quiero decir que este tormento deja profundas huellas. [] Necesitamos un plan nacional contra el acoso, incluso una ley. Necesitamos que este tema sea un asunto de Estado, hoy y para siempre. Ni un nio ms volando hacia la muerte. (MONTERO, Rosa. disponible en: www.elpais.com. Texto adaptado.) Pese a la indignacin generalizada, la autora argumenta que el acoso escolar sigue existiendo dado/a:

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Volando hacia la muerte Como ahora estamos todava estremecidos por el caso de Diego, el nio de 11 aos que se arroj por la ventana de una quinta planta, nos parece que el acoso escolar es una abominacin tan espantosa que todos nos vamos a unir contra ello y vamos a acabar con esta lacra. Nuestra indignacin es muy loable, pero a m lo que ms me indigna, precisamente, es que esta atrocidad inadmisible termina siendo digerida y a la postre admitida una y otra vez por las enormes tragaderas de nuestra cmplice y ablica sociedad. Cinco meses antes que Diego, y tambin en Madrid, Arancha, de 16 aos, con discapacidad intelectual y motora, se arroj por el hueco de una escalera de seis pisos tras sufrir palizas y chantajes por parte de un compaero, que adems cometa estas brutalidades delante de numerosos testigos que jams hicieron nada. Claro que tampoco hicimos mucho los dems, el Gobierno, las instituciones, los ciudadanos. Tambin se nos encogi nuestro delicado corazn en 2013, cuando Carla, una chica de 14 aos, se tir desde un acantilado en Gijn. Su nico delito era ser estrbica, y a causa de ello dos compaeras la maltrataron hasta llevarla a la muerte. Pero ya ven, al poco de aquella tragedia se nos fue el asunto de la cabeza. Ya nos haba acometido antes una desmemoria parecida: la primera vez que se habl de forma masiva del acoso escolar fue en 2004, cuando Jokin Ceberio, de 14 aos, se mat lanzndose desde la muralla de Hondarribia tras dos aos de sistemtica tortura. Entonces nos rasgamos las vestiduras y se nos llen la boca de buenos propsitos. Hasta que la gran ballena arponeada del acoso escolar se sumergi de nuevo bajo las aguas de nuestra indiferencia. Han pasado 12 aos desde la tragedia de Jokin y aqu seguimos, enterrando nios. Tras el suicidio de Diego contact conmigo Roco, una chica de 24 aos de un pueblo de Sevilla. Padece una deficiencia visual grave y ha sido atormentada desde los 8 aos hasta los 17. Y durante todo ese tiempo los profesores jams le ayudaron. No slo eso: a menudo agravaron el problema. Ahora, a los 24, Roco est terminando Psicologa: Aprend que el maltrato se origina sobre todo cuando un nio al que consideran discapacitado obtiene buenos resultados escolares, como yo. Hasta septiembre, que empez una terapia, sigui traumatizada por su pasado. No poda leer una noticia de acoso sin angustiarse y segua teniendo miedo a los nios. Quiero decir que este tormento deja profundas huellas. [] Necesitamos un plan nacional contra el acoso, incluso una ley. Necesitamos que este tema sea un asunto de Estado, hoy y para siempre. Ni un nio ms volando hacia la muerte. (MONTERO, Rosa. disponible en: www.elpais.com. Texto adaptado.) Para Roco, los acosados suelen tener como caracterstica comn:

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Con base en la infografa, considera las siguientes afirmativas: 1. estn concentrados en determinada clase econmica. 2. se representan de manera equilibrada entre hombres y mujeres. 3. el treinta por ciento de los usuarios tiene menos de tres dcadas de vida. 4. suelen conocer personalmente a sus amistades virtuales. Sobre los adictos a las redes sociales, estn correctas las afirmativas:

(UFPR - 2016 - 1aFASE) Segn la infografa, puede considerarse sntoma de adiccin a las redes:

(UFPR - 2016 - 1aFASE) De las personas que prefieren estar conectadas a tener una cita: