(CEFET/MG - 2013)La enseanza del girasol Haba una

(CEFET/MG - 2013) 

La enseñanza del girasol

Había una vez un pequeño grillo de nombre Miguel, que iba todos los días a la escuela muy mal humorado aunque gozaba de un buen hogar y sus padres lo complacían en todo lo que podían. Hasta que un día su suerte cambió; su padre lo perdió todo y tuvieron que cambiarse de hogar a uno más pequeño, e ir a una escuela humilde. Esta situación hizo que él pequeño empeorara el genio, en la nueva escuela. Y cansado su nuevo maestro, de la actitud de Miguel, se dispuso a ayudarlo, lo sacó de clases y sólo se detuvo cuando llegó al cultivo de girasoles. Y frente a ellos le dejó una tarea diciéndole:

-¨Sólo entrarás a mi clase cuando me entregues un informe sobre el comportamiento de los girasoles¨.

Un mes después, una mañana, asistió nuevamente a clases con el informe para su maestro. Eliseo, el maestro, tomó las hojas del informe y empezó a leerlas:

- “¿Qué aprendiste de los girasoles?”

- “Nada importante, no veo en que me sea útil parecerme a ellos. Solo se la pasan buscando al sol.”

Entonces el maestro, decepcionado, le contestó:

- “Lástima que el mal genio te haya dañado el entendimiento. ¿Sabes por qué debemos ser como los girasoles?”

La respuesta es porque de las flores son el ejemplo más grande de perseverancia y optimismo, sin importar las inclemencias del clima saben soportar con paciencia y siempre están buscando la luz del sol. De igual  manera debería ser nuestro actuar, sin importar cuáles, ni cuántos sean nuestros problemas o dificultades, en todo momento deberíamos buscar la luz, que está en nuestro creador, y él nos escuchará y mostrará la respuesta a nuestros problemas.

Miguel miró a su maestro y las lágrimas le bajaron por sus mejillas, porque finalmente se había dado cuenta de su error. A partir de entonces, el grillo aprendió a ser agradecido, a sonreírle a Dios y a la vida.

Disponible en: <https://www.encuentos.com/cuentos-con-valores/la-ensenanza-del-girasol/>
Fecha de consulta: 04 abr. 2013. (Adaptado)

En esta frase “Miguel miró a su maestro y las lágrimas le bajaron por sus mejillas, porque finalmente se había dado cuenta de su error”, la expresión subrayada significa que se dio cuenta del error